lunes, 11 de febrero de 2008

II. SOBRE LA VÍCTIMA



Respecto al deceso de James Emmott y considerando la mayor cantidad de interacciones fácticas posibles de establecer se plantea lo siguiente: En todo momento se supo sobre del accionar de Emmot. La última persona que observa con vida a James fue el guardia de la Saval (Zacarías Fonseca).

El lugar donde fueron encontrados tanto el vehículo como el cuerpo sin vida de Emmott coincide con la intención de destino (voluntaria no atribuible a terceros) del malogrado joven.
Frente a lo cual se infiere:
"Luego del accidente con su camioneta James Emmott Betancourt, sale caminando en búsqueda de ayuda, no encuentra a nadie, la visibilidad era nula. Emmott se encontraba sumido en un estado profundo de consciencia alterada y con un serio compromiso psicomotor (intoxicado al borde del coma etílico). Llega hasta la orilla del río con la intención limpiar sus manos y cara del vomito, para lo cual camina por un pequeño y angosto “muelle de piedras” en total oscuridad, resbalándose o perdiendo el equilibrio mientras lo cruzaba o intentaba agacharse para alcanzar el agua".
El estado mental previo a su muerte, estaba fuertemente influido por un alejamiento o rompimiento sentimental con su pareja ocurrido a pocas semanas. Lo cual podría explicar el desmedido consumo de alcohol que James presentó esa noche en particular (conducta que no necesariamente era habitual en él).
Este descontrol en su conducta como consumidor de alcohol o droga depresora del sistema nervioso, provoco en el joven, un inevitable estado de consciencia alterado que ineludiblemente afectó y/o comprometió diversas funciones cognitivas y de tipo motoras.
Su grado de victimización o posibilidad de ser víctima en consideración del punto anterior era elevado, pudiendo ser victimizado por diversas circunstancias asociadas a un potencial accidente de contexto, accidente automovilístico, asalto o riña.
Por tanto James Emmot como sujeto activo de desenlace, corresponde a un tipo de víctima denominado Participante (o infungible) debido a que él mismo es quien desempeña un cierto papel en el origen de su deceso, interviniendo, inconscientemente o de manera involuntaria en la dinámica que termino con su vida. Esto debido a su imprevisión o incapacidad de prever los riesgos de manejar bajo un estado profundo de ebriedad (intoxicado al borde del coma etílico) o de caminar sólo, sin compañía a altas horas de la madrugada y en total oscuridad.
Su intervención fue decisiva, provocando el suceso, que surgió producto de su actuación bajo ingesta excesiva de alcohol y conducción vehicular en estado de ebriedad. Todo lo cual situó voluntariamente a Emmott en posición de ser victimizado (nadie lo obligo a tomar más allá de su capacidad). Por tanto su condición de víctima quedo supeditada a cuestiones probabilísticas y/o del azar.
Es decir su “predisposición victimal” o las características psíquicas, los efectos del comportamiento y las causas exógenas temporales (consumo de alcohol) aumentaron las posibilidades de ser víctima, junto con otros factores de contexto situacional que en definitiva provocaron o desencadenaron su inesperado desenlace.En conclusión, es posible afirmar que la conducta evidenciada por James Emmott desde que compró alcohol, junto a sus amigos, en el supermercado de Valdivia “BIGGER” puede ser catalogada como negligente, puesto que en gran medida creo involuntariamente una oportunidad para la concreción de un desenlace con consecuencias fatales.


1 comentario:

Psicólogo Forense dijo...

Psicólogo Forense, Cristián Araos Diaz
Mayor información en:Psicología Forense y Ciencias del Comportamiento Aplicadas